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viernes, 6 de septiembre de 2013

Mahler. Sinfonía nº 9. Gustavo Dudamel. Orquesta Filarmónica de los Ángeles. 2012.


Mis queridos amigos, quiero dejar esta noche para completo disfrute de todos ustedes este maravilloso disco de Gustavo Dudamel con su aproximación a una de las obras musicales más emocionalmente intensas jamás escritas, esa obra magna e inagotable que es la Novena Sinfonía de Mahler.

El artículo va a ser particularmente breve, unas simples pinceladas, un pequeñísimo resumen histórico, una opinión personal más basada en la pasión que en el conocimiento y una sencilla y pobre traslación emocional con destinatario. Me lo permitirán así mis queridos amigos.

He respetado desde el inicio a Gustavo Dudamel. Y la escucha de este disco no hace sino aumentar mi respeto hacia él. Creo es no ya una promesa sino una verdadera figura de carácter internacional y de un prestigio sorprendente a lo que le suma su carácter, su profesionalidad y su enorme talento para hacer música. Su interpretación de esta dificilísima obra de Mahler es de un nivel altísimo, de una calidad superior y de un valor testimonial realmente sorprendente para una interpretación del siglo XXI. Realmente soberbio, mágico, dominante de los secretos íntimos de esta música celestial.

La Novena Sinfonía de Mahler podemos reseñarla de manera muy breve en dos párrafos:

Historia:

Primera Interpretación el 26 de junio de 1912, Viena, Bruno Walter.
Edición de julio de 1912, Universal Edition.


Movimientos:
a. Andante comodo.b. Im Tempo eines gemächlichen Ländlers, (Etwas täppisch und sehr derb).c. Rondo-Burleske (Allegro assai; Sehr trotzig).d. Adagio (sehr langsam; molto adagio).


Pero esto es muy poco, nada, para dar una imagen de su magnitud. Obra trascendente, de enorme vitalidad, cargada de emociones, de sentimientos, de pasiones y revoluciones personales, es el reflejo de un hombre genial y único como músico y como ser humano finalmente convencido y entregado a la vida. 


Mahler juega maravillosamente bien sus cartas y nos brinda un verdadero festín de sorpresas compositivas. 

Un primer movimiento realmente fantástico con una increíble alternancia anímica en su interior salpicado de fases de rotura catastrófica en su devenir y mantenida de forma mágica en una suspensión temporal alucinante.

Un segundo movimiento que es un prodigio de manejo de las danzas musicales en él contenidas, danzas grotescas, valses, danzas campesinas entremezclados y variados de forma sorpresiva pero musicalmente de un atractivo sensacional.

Un tercer movimiento intento de cohesión de un Rondó-Burleske enérgico e impulsivo en el que ya Mahler nos hace perder la precisa cohesión de la orquesta que se va disgregando de manera maravillosa hasta alcanzar la paz en forma de un precioso oasis musical de cortísima duración que se desvanece nuevamente con un continuo ir y venir de recuerdos musicales de los fragmentos anteriores. Ha elaborado algo maravilloso pero algo que parece abocar a la catástrofe sumergiéndose de nuevo en la música tempestuosa del inicio.

Y en contraste absoluto con lo anterior encadenamos ese cuarto movimiento final, esa obra maravillosa de la música universal, esa marcha lenta, a modo de himno, con una tímbrica espeluznante como un reproche a toda la música anterior de la obra. Un movimiento elaborado con una música bellísima en alternancia, en creciente intensidad emocional, apasionada intensidad emocional, y un modo de aturdimiento de los sentidos en ese desvanecimiento sublime e inacabable que lleva a su disolución final...MÁGICA.

Una música mis queridos amigos para conmover el corazón, el pensamiento y los sentimientos. Para pensar firmemente en su valor como bálsamo de nuestro ser más profundo y para dar valor a aquello que realmente lo tiene. El hombre, el mundo, la serenidad de la conciencia tranquila. Todo puede haber sido duro o fácil, bello o desagradable, sereno o agitado. Pero es en ese final cuando la aceptación de todo lo pasado se ha logrado cuando uno se siente plenamente libre por lo vivido y logrado y cuando todo lo demás carece de importancia. La lucha de sentimientos siempre es dura y sacrificada, los conflictos personales y humanos también, pero todos ellos acaban siendo aceptados para vivir en la mayor de la felicidad. Simplemente aquella que uno desea, aquella por la que uno ha sufrido y pese a quién le pese es su felicidad añorada y buscada. 

Gracias Gustavo por esta lección de música y de pasión. Gracias por esa visión tan profundamente humana. Gracias por esa sensibilidad tan exquisita. Realmente has conseguido una recreación, tú recreación, sorprendente, increíble, bellísima. (Un pequeño inciso...¡cómo hubiera disfrutado Lenny de esta interpretación!)


Y finalizo deseando a todos que disfruten a corazón abierto de esta sensacional obra y de la sensacional interpretación de Dudamel y los músicos de la Filarmónica de los Ángeles. No tiene desperdicio.

Y una notita final: dedicada a alguien especial, a una persona simplemente buena. Tu recorrido te llevará a esa paz final en la que sencillamente lo anterior no será sino una ventana abierta a un mundo que cerarrás para abrir una nueva que en suave silencio y sin estridencias te dará la verdadera muestra de los que es el valor del ser humano y tu valor propio y que al igual que ese final de Mahler te permita disolver sin estridencias la belleza de tu propio mundo que no será, no puede ser menos, que el mejor y más bello que exista.



Mahler
Sinfonía nº 9
Gustavo Dudamel
Orquesta Filarmónica de Los Ángeles
Grabación: Walt Disney Concert Hall, Los Ángeles, febrero de 2012